La acción del Ginkgo se centra en el sistema circulatorio a varios niveles: vasoprotector, vasodilatador y antiagregante plaquetario.
Trata con gran éxito problemas vasculares y trastornos circulatorios de todo tipo. Disminuye la resistencia de las arterias al flujo sanguíneo.
Disminuye la permeabilidad de los capilares, reduciendo edemas.
Posee propiedades venotónicas, tonificando las paredes de las venas y facilitando el retorno sanguíneo. Mejora el riego sanguíneo del cerebro; ha demostrado ser muy útil en alteraciones de la función cerebral de origen isquémico (demencias seniles, falta de atención y concentración).
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